lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Y YO QUÉ HE HECHO?

Diciembre que me "diciembrizas",
diciembre, mes de vacuidad,
el año es casi ya cenizas,
total deshecho.

Antes que enero nos alcance
con su manida novedad,
suele la gente hacer balance,
¿y yo qué he hecho?

Con el deseo y la pereza
en una guerra sin cuartel,
y el tiburón de la tristeza
siempre al acecho,

avanza el mundo a trompicones
y van cumpliendo su papel
las dichas y las decepciones,
¿y yo qué he hecho?

Mientras los otros, los de ahí fuera,
tienen por meta acumular
y, como trepas, por bandera
sacar provecho;

y los billetes son el logo
del hombre que aprendió a comprar,
igual que un tonto, me interrogo:
¿y yo qué he hecho?

Cada uno fue a su vida dando
escenas para un digno guión
y, poco a poco, caminando
hicieron trecho.

Pero mis pasos, el asunto,
los extravió hasta un callejón
donde, sin luz, hoy me pregunto:
¿y yo qué he hecho?

Veo el reloj de los "podrías"
con esa sensación feroz
de estar pasándome los días
mirando al techo.

Espectador de un drama en tono
de vil comedia, gris y atroz,
en mi butaca me cuestiono
¿y yo qué he hecho?

Aunque comprendo de repente
que ante un futuro tan ruïn,
tan imposible, tan presente
y tan maltrecho,

de nada sirve que utilice
a la ilusión de comodín,
con un destino que me dice
ya está todo hecho.

¿Con todo por hacer, sin nada que hacer o haciéndome el tonto?

martes, 27 de septiembre de 2011

ESTO ES LO QUE HAY

Ya me gustaría a mí
ser el tipo de galán
de ésos que te van a ti,
mitad héroe, mitad truhán,
como Clooney o Johnny Deep.

Ya quisiera yo tener
labia, personalidad,
carácter y buen hacer,
ser ese hombre de verdad
con que sueña una mujer.

Pero ocurre que en la vida
la realidad pasa el trapo,
sólo soy este guiñapo
sin cuento, porque, querida,
ni las brujas besan sapos.

Del derecho como del revés,
así son las cosas, ¡qué caray!,
lo que hay es lo que es
y esto es lo que hay.


Soy cobarde, amargo y soso,
tímido, raro, inmaduro,
pusilánime, patoso,
taciturno, vergonzoso,
serio, triste e inseguro.

O, como diría un poeta:
soy olvido, eco, hastío,
una nada, un hueco, un frío,
soy una sombra, una grieta,
un infinito vacío.

No le busques al gato tres pies,
porque aunque no te parezca guay,
lo que hay es lo que es
y esto es lo que hay.


Qué complicado lo veo,
qué difícil teorema
ser aquello en que no creo,
el fuego de ese deseo
que bajo la piel te quema.

Y aunque mienta, te lo digo
con la verdad por delante:
no soy bueno como amigo,
soy malo como amante,
y aún peor para marido.

En chino, en español y en francés,
en alemán, en griego y en thai,
lo que hay es lo que es
y esto es lo que hay.


Nada más puedo decir,
y aunque la tenga hermosa
si me miras de perfil,
no es que huela muchas rosas,
aun teniendo gran nariz.

En Buenos Aires y en Lavapiés,
en San Petersburgo y en Bombay,
lo que hay es lo que es
y esto es lo que hay.


Ya me gustaría a mí
ser el tipo de donjuán
de esos que te van a ti,
mas soy sólo un triste afán,
alguien que anda por ahí.

Europa, otoño, crisis, deudas, desahucios..., ellas y yo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

EN VOZ BAJA: RETALES (A ESCONDIDAS)

Hace ya años
que acompaño
soledades,
y que vivo
como escribo:
en dos tardes.

Hace ya años
que me baño
con corbata,
y que vivo
como escribo:
entre erratas.

Hace ya años
que hago daño
al azogue,
y que escribo
lo que vivo
como un "blogger".

Hace ya años
que regaño
con el aire,
y que vivo
como escribo:
para nadie.

Hace ya años
que araño
los barrotes,
y que vivo
como escribo:
sin Quijotes.

Hace ya años
que soy paño
para smog,
y que vivo
como escribo:
en un blog.

Hace ya años
que restaño
mis heridas,
y que escribo
como vivo:
a escondidas.

Otoño, más de lo mismo, sin final feliz.

jueves, 1 de septiembre de 2011

EN VOZ BAJA (DE OÍDAS)

Otro huérfano verano,
primo hermano
del invierno,
abriendo en los arenales
sucursales
del infierno.

El sol calienta los pliegues
de esas pieles
que me queman,
mientras la verdad maldita
me recita
su poema.

Hace ya años
que me engaño
con migajas,
y que vivo
como escribo:
en voz baja.


La realidad inmune
al deseo
y al alcohol;
todos los días son lunes,
sin recreo
y sin sol.

Mi juventud fue un tesoro
donde el oro
perdió brillo,
y en la canción del pasado
se ha rayado
el estribillo.

Hace ya años
que me extraño
de mi imagen,
y que vivo
como escribo:
en un margen.


Penas, duelos y tristezas,
mientras rezas
fruncen ceños;
negras alarmas y alertas
me despiertan
de mis sueños.

Me emborrona las libretas
una musa
vieja y fofa,
que no me enseña las tetas
y me acusa
con su estrofa.

Hace ya años
que me apaño
con tres cuentos,
y que vivo
como escribo:
sin talento.


Tras sus rejas invisibles
e imposibles
me encarcela
el futuro que se burla
con su absurda
cantinela.

Hace ya años
que me ensaño
con la vida,
y que escribo
como vivo:
de oídas.


Verano, sol, playa..., frío.

miércoles, 13 de abril de 2011

VERSOS POR BESOS


Otra vez por aquí,
en este blog fatal,
donde hablo de mí
y quedo mal.

Entre mates y jaques,
sin paciencia entretejo
versos y achaques
propios de un viejo.

Hoy me duelen las ganas,
mañana, la ternura,
pasado, las semanas
que no me curan.

Y aunque siempre sospecho
que nunca nadie me lee,
aún escribo mis hechos,
no sé por qué.

Quizá sea algún modo
de sentirme más vivo,
online, después de todo,
soy porque escribo.

Lo cierto es que el cuaderno
que con mis letras rayo
me abriga del invierno,
de junio a mayo.

Y con eso me basta
para andar otro rato,
la ilusión se desgasta
en mis zapatos.

O, tal vez, quizá sueño
que mis rimas consigan
hallar en el empeño
un alma amiga.

Y por más que ya sepa
que los sueños no alcanzan
para cruzar la estepa
de mi esperanza,

puede que aún quede alguien,
en estos tiempos de excesos,
que algún día me cambie
versos por besos.

En el mercado de la vida.

sábado, 2 de abril de 2011

UN DÍA Y OTRO DÍA


Se va un día y otro día,
un mes y otro mes se van,
y el año en irse porfía,
yéndose como se iría
un barco sin capitán.

Lo de siempre, nada nuevo,
la vida en un callejón
con salida a un "no me atrevo",
las penitencias que aún debo
por pecados de omisión.

El "quiero, pero no puedo"
puede doler con dolor,
cuando el fantasma del miedo
te señala con su dedo
falsamente acusador.

Un "quizás" que nunca fue,
un "tal vez" que no será,
el ciego mira y no ve,
la esperanza es tener fe
en un dios que no te da.

Queda esa costumbre antigua
de deambular solo un rato,
de una calle a la contigua,
la felicidad exigua
de poder sentirse gato.

Un libro, la bicicleta,
una peli, mal rimar,
olvidarse de hacer dieta,
hurgar algo en la bragueta
y dormir por no soñar.

Pan de ayer para mis duelos,
sucedáneos de ocasión,
remiendos, vanos consuelos
que aún me hielan más los hielos
de mi helado corazón.

Y queda también quedarme
con las ganas que me pierden,
el miedo es ese gendarme
empeñado en recordarme
que de olvidarle no me acuerde.

Así, con triste ironía,
sin rumbo ni capitán,
en esta bitácora mía
se va un día y otro día,
un mes y otro mes se van.

Sin fecha en el calendario.

lunes, 21 de marzo de 2011

60 HEPTASÍLABOS DEL "COLE"


Hoy me pongo a contar
sesenta veces siete,
con versos de escolar
que perdió sus juguetes.

A, b, c, d, e, f, g,
h, i, j, k,
el pasado que fue
y ya nunca será.

L, m, n, ñ, o,
p, q, r, s, t,
la cruz de no ser yo
la sombra de tu pie.

U, v, w,
x, y, z,
ese pecado innoble
de amar una silueta.

Con alfa, beta, gamma
me enseñaron un griego
que no se habla en la cama
del tercer ojo ciego.

Declinando en latín
"rosa-rosas-rosae",
la nostalgia es el fin
de otra tarde que cae.

Y a la hora del recreo
los niños malos juegan
al juego del "veo-veo"
con la gallina ciega.

Saltemos a la comba
-que sí, que sí, que no-,
en mi pecho una bomba
que nadie apretó.

1, 2, 3, 4,
5, 6, 7, 8,
si el mundo es un teatro,
Dios debe ser Pinocho.

9, 10,11, 12,
13, 14, 15,
mi corazón a voces
se duele de un esguince.

16, 17,
18, 19,
el frío que se mete
en mi piel cuando llueve.

Y 23 por 3,
69 son;
de frente y al revés,
¡qué multiplicación!

Problemas de ecuaciones,
una "X" es la incógnita,
una cruz de pasiones
que el alma deja atónita.

Pero ya suena el timbre,
de la cuestión, el quid:
con semejantes mimbres
no aprendí a ser feliz.

La clase que termina,
acaba aquí la cuenta,
un verso más y, mira,
me salen ya 60.

Escuela de la vida, lunes, 9 de la mañana.

sábado, 26 de febrero de 2011

PASATIEMPO


Entre hoy y mañana,
mañana y pasado,
antes y después,
hay un reloj sin ganas,
rodando como un dado
que cae del revés.

Mirar el almanaque
me pone el alma en jaque
y me enroco;
año: cuatro estaciones,
viendo pasar vagones
poco a poco.

Las horas tienen días,
los días tienen meses,
los meses, años;
así es esta agonía,
entre sueños, reveses
y desengaños.

Qué extraño imaginar
el lento avanzar
de los milenios,
mientras la gente corre
persiguiendo altas torres,
pensando en bienios.

El futuro conjuga
mis verbos sin mérito
y sin camisa;
el presente se fuga
y ya está aquí el pretérito
metiendo prisa.

La vida -un pasatiempo-
el corazón y el cuerpo
me va oxidando;
y sigo aquí de pie,
sin saber aún por qué,
cómo ni cuándo.

Cualquier parte, ayer, hoy, mañana.

viernes, 18 de febrero de 2011

SONETO SILENCIOSO

(Ojalá lo fuera)

Puerta a las moscas, susurrar de abejas,
seductor de las musas de mi pluma,
igual relajas como igual abrumas,
erudito que al sabio aconsejas.

A veces me secuestras tras tus rejas,
invisible gigante que lo esfumas
todo y todo lo traen tus espumas,
peligro y vocación de las parejas.

Soy juez y parte, yo no te sentencio
a mover la lengua, hablar por hablar,
lo mejor sería el verso callar;

pues, con sabiduría, tú, silencio,
cuántas veces, de forma inesperada,
nos lo cuentas todo sin decir (...)

..., ....

viernes, 21 de enero de 2011

EL OTRO

Soy ese otro al que los otros,
ellos, los que sois vosotros,
a mi "yo" le decís "él";
el que con tu "tú" no obtiene
un "nosotros" que no suene
en idioma de Babel.

Marcado por el estigma
del universal enigma
de quién ser y a dónde ir,
desempeño sin esmero,
cual ineficiente obrero,
el trabajo de vivir.

Vivo y tú, mundo, me acoges,
cual laberinto de Borges,
como un absurdo kafkiano;
y no sé hacer de Bukowski,
sueños cristal de Swarovski
se quiebran entre mis manos.

Soy este hueco de carne que ocupo,
una soledad fútil que no supo
ser el ser que quiso ser;
soy ése, aquél, cualquiera, soy el otro,
el que no soy tú, porque no es vosotros,
y a mi "yo" le decís "él".

Éste, ahora (nunca).