miércoles, 16 de enero de 2013

CALLES DE LLUVIA

(Otra mañana de invierno)

“Cuando es invierno en el Mar Cantábrico, es verano en El Callao”.

Las calles, de lluvia llenas,
sin paraguas ni el abrigo
de unos brazos abrazando.
Unos tacones resuenan,
preguntándole a mi ombligo
“por qué, cómo, dónde y cuándo”.

Van mis pasos lentamente
camino de una oficina
donde escriben mi futuro.
Sellarán, como es corriente,
los papeles de rutina
y dirán que no hay laburo.

La funcionaria me ignora
mientras sus dedos teclean
en la pantalla mis datos,
y el alma por dentro llora
en mi cuerpo que la desea,
aunque sólo sea a ratos.

La vida que pasa y pasa,
prometiendo una promesa
que nunca podrá avalar.
Antes de volver a casa,
me refugio tras la mesa
solitaria de algún bar.

Suena el tintineo melódico
que deja la cucharilla
en la taza del café,
mientras leo en el periódico
que la crisis acribilla
a los hijos de Noé.

En los chinos, un cuaderno
me compro, cuartilla insana
donde ahora esto escribo.
Hace otoños que es invierno:
calles, lluvia y la mañana
sin paraguas, sin abrigo.

Donde siempre, en otra mañana de invierno, obviamente.

(¡Joder!, siempre me salen tristes).