viernes, 22 de abril de 2016

HOY

Hoy no vengo buscando el gris pecado
de tu cuerpo ofrecido con desgana,
hoy no quiero comerme esa manzana 
que venden tan barata en el mercado.

Hoy no quiero sentir que ha terminado
otra jornada más de la semana
ni permitir que llegue la mañana 
con el sueño de quien sólo ha soñado.

Hoy busco que me quieras sin rodeos,
sin prisas, sin urgencias, sin posturas,
sin las trampas que tienden los deseos.

Hoy duelen demasiado las suturas,
hoy prefiero suspiros a jadeos,
tus verdades a falsas aventuras.

lunes, 4 de abril de 2016

ME CANTAN LAS CUARENTA

"Tienes miedo. Esperas... Esperas que deje de llover."
(De la película "Un hombre que duerme", de Bernard Queysanne).

A mi edad soy veinteañero,
pero por partida doble:
joven aún para ser viejo,
viejo ya para ser joven.

En el tute que me enfrenta
a muerte contra la vida,
hoy me cantan las cuarenta
primaveras ya perdidas.

Un mareo de relojes:
cuatro décadas, ocho lustros,
veinte bienios, diez mil noches
con quinientos plenilunios.

A mi edad quiere el espejo
que me falte y que me sobre:
joven aún para ser viejo,
viejo ya para ser joven.

De estos años quedan sólo
un pasado que me pesa,
un futuro que es "tampoco"
y un presente sin presencia.

Rutinarias apatías,
desconsuelos a granel
y contadas alegrías
(lleve dos y pague tres).

Y, no obstante, estoy aquí,
tal vez no todo fue mal,
aunque lo de ser yo en mí,
no lo he visto en nadie más.

Pues, si duele, no me quejo
de que los años me roben:
de joven yo ya era viejo,
un viejo que no fue joven.

Pero siento que me atacan,
con su lenta y sutil merma,
los achaques que me achacan
los doctores que me enferman.

Sólo espero, ya vencido,
que, tras el tiempo y su valla,
falte menos de lo habido,
por más que sea lo que aún haya.

La calva tiñe mis canas,
la barba oculta mis dudas,
las cosquillas de mis ganas
las maquillan mis arrugas.

A mi edad ya doy consejos
y es "usted" mi primer nombre:
joven aún para ser viejo,
viejo ya para ser joven.

A mi edad, aunque lo adorne,
solamente me queda esto:
no saber qué es ser un joven
y acabar de hacerme un viejo.