domingo, 22 de octubre de 2017

LAS RIMAS QUE NO ESCRIBO

Mueren en el baúl de los secretos
las rimas que no escribo por pereza
y las musas que adornan mi tristeza
ya no saben vestirse de sonetos.

Encallada en trillados vericuetos,
va, sin ningún pudor y con franqueza,
la nostalgia perdiendo su belleza
según pasan los años tan discretos.

Pobre idiota al que engañan y se engaña,
ebrio de torpe sentimentalismo,
en mi cabeza un niño se enfurruña.

Buscando una salida a esta maraña,
vivo exiliado dentro de mí mismo,
cual español fugado a Cataluña.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

OVILLEJO DE MIER... COLES

Este miércoles, que es hoy,
estoy
indiferente, abrumado,
cansado...
Puede que harto, en cierto modo,
de todo.
Ando jodido y me jodo,
si es blasfemia, da lo mismo,
dicho con un eufemismo:
estoy cansado de todo.

domingo, 30 de abril de 2017

ISRS

Otro mes que ya ha pasado,
que ha pasado como pasan
las albas y los ocasos,
los días y las semanas.

Sin soles que traigan nubes
de tormenta, y aguas mil,
sin vicios y sin virtudes
se termina otro abril.

Con esta calma inefable,
calma tan de color blanco,
calma "bucodispersable",
pero calma al fin y al cabo.

Ya casi no echo de menos,
mis musas están sin tinta,
el mundo, en estos momentos,
es otro abril que termina.

lunes, 27 de febrero de 2017

OVILLEJOS DE LA CARRETERA

1.
Hora a hora se suicida
la vida,
a la espera de que acierte
la muerte
en la dïana del "no",
y yo,
que hasta pierdo al "dominó",
creo que ya ni empatamos
la partida que jugamos
la vida, la muerte y yo.


2.
Lo que una vez fue el mayor
amor
se hizo, con miedo y con ira,
mentira
que no encuentra, en lo perdido,
olvido.
Juntos hemos construïdo
este puzle tan salvaje
sin lograr que nos encajen
amor, mentira y olvido.


3.
Hago, con mi andar cansino,
camino,
llevando, por existencias,
ausencias...
Surco así melancolías
y días.
Llenando mañanas frías
con pasos sin fin alguno,
en la carretera aüno
camino, ausencias y días.

jueves, 19 de enero de 2017

LO DE SIEMPRE

Notario de mí mismo que en un blog
doy fe de la derrota con sonetos,
ahora que sé lo que duele el reloj,
me da pudor contarme mis secretos.

Más que pudor es rabia e impotencia,
ridículo, y también es frustración;
soy el juez que me culpa y me sentencia
a seguir así, preso en mi prisión.

Lo demás, lo de siempre, lo que dice
el silencio que grita en la callada
por respuesta que sólo puedo darte...

Aún sueño que el olvido cicatrice:
te echo de menos cada día y nada
es razón suficiente para hablarte.