Otra vez esta luz que me despierta,
que, no sé por qué, tengo todavía
el optimismo de llamarla día,
yo que le digo muro a lo que es puerta.
Otra vez atrapado en esta incierta
ausencia, tan sin dueña y sólo mía,
absurda amputación sin cirugía.
Como quien llega a una estación desierta
de una vieja ciudad jamás pisada,
en una noche de lluvia y de frío,
todo cerrado y ya no quedan taxis,
así escribo fragmentos de mi nada
en versos que almacenan al vacío
soledad con errores de sintaxis.