martes, 18 de enero de 2022

DÉCIMAS DE OCASIÓN

 I. 

Cual me trajo donde estoy,
me llevará a no sé dónde
esta vida que me esconde
lo que seré en lo que soy.
Mientras, a día de hoy,
sigo perdido en quimeras
y atrapado en mis fronteras,
entre calmas y bajones
que vienen dando empujones
con ráfagas pasajeras.



II.

Con ráfagas pasajeras,
sopla este viento del sur
desperdigando a su albur
las hojas más pendencieras.
Pero, el aire, en tus caderas,
con gran demora se lía
rozando con picardía
volúmenes y perfiles
(encarnaciones febriles):
eres del viento, y no mía.



III.

Dando a este año un adiós,
se va diciembre y, en éstas,
vendrá, con su cuesta a cuestas,
enero del veintidós.
Llegará, el pobre, con tos
de una COVID malcurada
con vacuna improvisada,
esta inflación tremebunda,
el Sporting en segunda
y Lupe aún no olvidada.



IV.


En la estación del invierno,
los trenes pasan de largo
para este amor con letargo
que se esconde en un cuaderno.
Aunque mandé todo al cuerno
(a la mierda los estetas),
con décimas o cuartetas,
tengo el vicio todavía
de creer que hago poesía
al soñarte en mis libretas.



V.

De decirle lo que he dicho
en mis rimas anteriores,
la musa de mis amores,
¿no me mandaría al nicho?
Pensaría “¡qué mal bicho!,
otro más mal de la o...,
que llora porque no fo...,
un demente, un trastornado
que me escribe un pareado
con tal de meter la po...”.

DESPUÉS DE TODO

 (∂ + m) ψ = 0
(Ecuación de Dirac).​




Me despierto con la helada
y su escozor matutino;
enroscado en la almohada,
me das abrazos de lino.

Esta ausencia que es tenerte
aquí, en mi alma, aunque tan lejos:
a una distancia de muerte,
de espejismos y de espejos.

Los caminos que no llevan
mi urgencia hasta tu ambulancia:
el miedo hace que me atreva
a vivir en la ignorancia.

Y aunque el amor me presagia
muchos dolores de aurículas,
sueño aún con esa magia
que hace unirse a las partículas.

Y, después
de todo esto que es nada y que soy yo,
queda sólo un pensamiento,
queda sólo una ilusión.
Ya lo ves,
queda sólo un sentimiento
cuando llega este momento
de vaciarme el corazón
hasta el último rincón.
Y, sin Dios ni Belcebú,
ya no existe más que tú
en toda la creación.


Las miradas con que ato
mi deseo a tu figura,
mientras construyo un relato
de mala literatura.

La pasión que no te doy,
salvo en sueños y poemas;
el tacto, cuando me voy,
de las huellas de tus yemas.

Me pregunto qué harás mientras
vives tan ajena a mí.
Si me buscas, no me encuentras
porque estoy pensando en ti.

Y aunque el amor, más que un lujo,
sea un engaño semántico,
sueño aún con el embrujo
del entrelazado cuántico.

Y, después
de todo esto que es todo, incluso yo,
queda sólo un sentimiento
queda sólo una intención.
Ya lo ves,
queda sólo un pensamiento
cuando llega este momento
de vaciarme el corazón
hasta el último bastión.
Y, sin Dios ni Lucifer,
sólo tú, no hay otro ser
en toda la creación.


…Y al vaciarme el corazón
hasta el último renglón,
ya sin Dios ni Satanás,
sólo tú, no hay nadie más,
pones letra a mi canción.

APOCALIPSIS DE OFICINA

  "Pasar la vida como un pez en una pecera. Y acabar en una bolsa de plástico". (De la película "Le hérisson").​



    Haz montañas de puras nimiedades,
    a lo bueno, si es bueno, ponle pegas,
    nunca des más que mucho, si te entregas
    (el cielo del amor tiene su Hades).

    Sospecha, teme a las casualidades,
    huye del imprevisto, que va a ciegas,
    por no pasarte, asume que no llegas,
    ¡alto!, guarda la ropa y jamás nades.

    Porque un desastre negro y absoluto
    amenaza al doblar cualquier esquina
    o a la hora del próximo minuto.

    Mas, luego —apocalipsis de oficina—
    el error, la catástrofe y el luto
    lo son el calendario y su rutina.