domingo, 22 de noviembre de 2020

LO QUE SÉ SOBRE EL FRACASO Y TODO LO QUE NO ES OLVIDO

"¿Por qué te sientes un fracasado, cuando no lo eres?" (Mi "ex-psicóloga" durante una de nuestras sesiones).

La esperanza, de esmeralda,
el "jamás", de marrón-cieno;
me duele ser y la espalda,
otra vez a "Ibuprofeno".

Sin fuego que me caliente
ni sombra que me resguarde,
nunca supe ser valiente
porque sé que soy cobarde.

Y aunque perder es mi herida,
tal vez sea más, acaso,
lo que ignoro de la vida
que lo que sé del fracaso.

Todo lo que no es olvido
me desgarra la conciencia.
El sueño de estar dormido
aún me alivia la existencia.


Hay decenas de laringes
que te hablan desde otros mundos,
y, tú, mientras tanto, finges
calma, segundo a segundo.

Pero, al fin de la garganta,
"El grito" de Munch te ahoga
y el miedo que se levanta
te aprieta como una soga.

Por lo que sé del fracaso,
y cómo lo he aprendido,
sé que es sufrimiento al raso
todo lo que no es olvido.


Mirarme a mí mismo es ver
un incendio o un naufragio;
duele el dolor del ayer,
si el pasado es un presagio.

Y no hay forma -al menos cuerda-,
por mucho más que te laves,
de quitar toda esta mierda
que tú ya de sobra sabes.

De mi vida, hago repaso
por vicio, que está apre(he)ndido
en lo que sé del fracaso
todo lo que no es olvido.

Que es un asunto perdido
sólo entiendo de mi caso;
todo lo que no es olvido,
lo que sé sobre el fracaso.

 

MI VIDA ES UNA MIERDA

Mi vida es una mierda, una campana
a réquiem en mitad de los pantanos,
huïr del hoy por miedo ante el mañana
y escorias del ayer entre las manos.

Situado en la cabeza de la fila
de a quienes los detiene el descontento,
viajero soy, sin viaje, mi mochila
acaba en el refugio del lamento.

Y el esplín de los días por las tardes
y el "¿por qué?" y el "¡qué no!" y las postreras
esperas de una historia del revés.

Y los deseos crueles y cobardes
y la amargura gris de las aceras
y soñar que al final no haya un después.