viernes, 8 de enero de 2016

INVIERNOS A LA LUNA

De nuevo en la tesitura
de enfrentarme a la escritura
sin saber (de qué) escribir.
Otra vez, y ya son varias,
con las rimas ordinarias
y sin nada que decir.


Quizá pienses, buen lector,
que callado estoy mejor,
que deje de dar la murga,
pero es que llenar cuartillas
me alivia de las ladillas
y otras cosas que me purga.


Escupiendo taciturno
en los pliegos que embadurno,
pues resulta que me animo;
y tal que ahora, porque quiero,
con un quiebro futbolero,
cambio el ritmo.


Por poner un adjetivo,
si de lo fatal que escribo,
tú me acusas,
vale que no soy poeta,
mas tampoco proxeneta
de las musas.


Ni el dinero ni la gloria
persigo con mi oratoria
tartamuda,
es tan solo una costumbre
por vencer la incertidumbre
de la duda.


Vamos, que rayo cuadernos
sólo por llenarle inviernos
a la luna.
Y, a veces, papeles mancho
por si me sirven de gancho
con alguna.


Pongo un cebo por encima
y mi boca, rima a rima,
va y resopla,
por si al fin suena la flauta,
por si aún pica alguna incauta
en mi copla.


Así que escribo a mi modo,
que es el mío, y sobre todo,
para mí.
Literatos importantes
hay variados y abundantes
por ahí.


Empecé sin saber cómo,
con el verso medio romo,
y aun así,
garabato a garabato,
otros ripios que remato
justo aquí.

1 comentario:

Basilisa dijo...

"Ni el dinero ni la gloria
persigo con mi oratoria
tartamuda,
es tan solo una costumbre
por vencer la incertidumbre
de la duda."

Me gusta la musicalidad de tus versos.