lunes, 1 de junio de 2015

TU TORERO

Ni me calo la montera,
ni visto traje de luces,
ni salgo de la barrera
y, ante el morlaco que espera,
miro al cielo y me hago cruces.

Ni soy bueno con la espada,
ni un maestro del capote,
ni me ovaciona la grada,
si, de certera estocada,
mato al tercero del lote.

No te hago manoletinas,
ni mi corazón capea
tus penas con serpentinas,
ni galleo por chicuelinas,
si toca otra vez pelea.

No quiero tardes felices
bajo el calor de tu albero.
Por mucho que lo analices,
aunque tenga cicatrices,
no, yo no soy tu torero.

Ni hay sangre en mis zapatillas,
ni un astado me amenaza,
ni, al clavar mis banderillas,
tiemblan bajo sus mantillas
las mujeres en la plaza.

Ni acabada la faena,
cuajada de "oles" y asombros,
entre vítores se llena
de rojas flores la arena,
mientras me sacan a hombros.

No te hago manoletinas,
ni mi corazón capea
los cuernos que me destinas,
con puntas duras y finas
para una cogida fea.

No quiero tardes felices
bajo el calor de tu albero.
Por mucho que lo analices,
porque tengo cicatrices,
no, yo no soy tu torero.

No le echo un par de narices
y con valor salto al ruedo.
Por mucho que lo matices,
aunque a veces saque bíceps,
sí, yo sí te tengo miedo.