domingo, 11 de noviembre de 2018

EL MUNDO, TODAVÍA...

Mis hormonas aún eran un desfase,
y el mundo, todavía una ventana,
el lunes, lo peor de la semana,
Susana, la más guapa de la clase.

Que alguien muriera sólo era una frase,
las horas perseguían el mañana,
yo aún era más príncipe que rana
y no había dolor que no curase.

Mi madre terminaba de mecer*,
mi padre, si paraba por el bar,
regresaba a las ocho del taller.

Mi historia se afanaba en comenzar
y cada día iba a suceder
algo que no acababa de pasar.


*Mecer: en algunas zonas de Asturias y Galicia, ordeñar las vacas.

3 comentarios:

Eratalia dijo...

Que sí, que eres bueno... Que ya lo sabes.

El hombre de internet dijo...

Que no, que la buena eres tú, que animas y sacas sonrisas con lo que escribes. Si lo mío fuera bueno, entraría en contradicción con mi poética del fracaso y eso no puede ser. Escribo mal sobre el fracaso y eso le da más dimensión aún a mi fracaso. (Perdón por divagar tanto...)

Eratalia dijo...

Jaja, muy convincente.